El pasado mes de noviembre, la revista Nature publicaba un sorprendente logro científico que
parecía sacado de la película «Ángeles y Demonios», en la que unos
avanzadísimos investigadores capturaban y almacenaban antimateria. Algo
así no había sido posible en la vida real, hasta que un grupo
internacional de físicos le quitó el apellido a la ciencia ficción. Por
primera vez en la historia, lograban atrapar brevemente, en un tiempo que no duraba un suspiro, 38 átomos de antihidrógeno en las instalaciones de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), ubicadas en Ginebra (Suiza). Ahora, el mismo equipo ha dado un paso adelante y ha confinado nada menos que 309 átomos, también de antihidrógeno, durante 1.000 segundos.
Es decir, un botín mayor durante más tiempo. Se trata de una cantidad
aún pequeña para, por ejemplo, poner en marcha un electrodoméstico, pero
aumenta las posibilidades de ampliar nuestros conocimientos sobre el origen y la formación del Universo.
La antimateria
es algo así como la imagen de la materia en un espejo. Un átomo de
antimateria es un átomo enfurruñado, al que le gusta llevar la
contraria, con la carga eléctrica opuesta. El de antihidrógeno, que es
lo que se ha conseguido capturar, tendría las mismas propiedades y
componentes que uno de hidrógeno, pero con la carga eléctrica opuesta. Cuando la materia y la antimateria entran en contacto se aniquilan mutuamente, un proceso que los científicos creen que ocurrió instantes después del Big Bang
y que ayudó a formar el Universo, con las leyes de la física que ahora
conocemos. Entonces, la materia venció en esa lucha desigual, y solo
prevaleció una pequeña parte de antimateria. Por eso es muy difícil de
detectar y no digamos de capturar.
Cinco veces más átomos
El
equipo del CERN, en el que participan investigadores de siete países
diferentes, ha conseguido ampliar el anterior tiempo de captura (172
milisegundos) en siete órdenes de magnitud, de forma que confinaron la
antimateria durante más de 1.000 segundos. Además, atraparon cinco veces
más atómos en cada intento.
La
capacidad de atrapar antihidrógeno durante intervalos cada vez más
prolongados puede ayudar a entender por qué en el Universo hay tan poca
antimateria. Supone una ventana para ver lo que ocurrió en el origen de
la creación. El artículo ha sido publicado en arXiv.org
y todavía está proceso de en revisión, por lo que los autores no han
ofrecido más datos. Posiblemente, los conoceremos durante los próximos
meses.
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