Tanto
miedo a que el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) de Ginebra forme un
agujero negro que atraiga toda la materia a su alrededor y pueda
destruir el planeta y resulta que, según un grupo de investigadores, es
posible que este tipo de fenómenos, al menos los que son muy diminutos,
atraviesen la Tierra cada día sin que ocurra absolutamente nada. Y esto,
según un atrevido estudio publicado por una pareja de físicos en arXiv.org, porque quizás interactúen con la materia de forma muy diferente a como se creía hasta ahora.
Los mini agujeros negros son diferentes a los gigantes que nos ha enseñado la astrofísica y cuya imagen todos tenemos en la cabeza. Los agujeros astrofísicos
se originan cuando se colapsan las grandes estrellas para crear una
región en el espacio cuya gravedad es tan potente que nada puede escapar
a su atracción. Sus dimensiones son monstruosas. El que se encuentra en
el centro de nuestra galaxia tiene 4 millones de veces la masa del Sol.
Sin embargo, existen unos agujeros negros llamados primordiales, mucho más pequeños, que los astrofísicos creen que se originaron en grandes cantidades durante el Big Bang y
cuya masa se mide en toneladas. Los científicos han asumido que
acabaron disolviéndose, pero nadie ha podido confirmarlo jamás.
Por
este motivo, Aaron VanDevender, del Halcyon Molecular en Redwood
(California) y J. Pace VanDevender, de los Laboratorios Nacionales
Sandia en Alburquerque (Nuevo México) creen que quizás estos agujeros
primordiales no solo sigan existiendo, sino que incluso se relacionan
con partículas cercanas, de forma que estas interactúan con ellos a
cierta distancia, como si se tratara de átomos.
400 cada año
Los científicos echan mano de la mecánica cuántica para explicar que, al ser suficientemente pequeños, las posibilidades de que la materia que orbita a su alrededor sea absorbida por el átomo son ridículamente pequeñas, de forma que los micro agujeros negros podrían existir en la Tierra sin devorar lo que se encuentra alrededor. Por ejemplo, un agujero negro con la masa de un kilo, tardaría millones y millones de años en tragarse el planeta.
Los
VanDevender consideran que unos 400 mini agujeros negros podrían
atravesar la Tierra cada año. Además, podrían ser detectables por sus
fuertes emisiones electromagnéticas. Quizás ha llegado la hora de
buscarlas.
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