Los dos terremotos y la cadena de réplicas que ayer dejaron ocho muertos en la ciudad de Lorca
ocurrieron de una forma que, según algunos sismólogos, resulta algo
peculiar. Generalmente, explica Pedro Expósito, del Servicio de Análisis
Sísmicos de la Red Sísmica Nacional, primero se produce el seísmo de
mayor magnitud y luego le siguen una serie de réplicas, pero las placas
tectónicas sobre las que se asienta Murcia tuvieron una respuesta
diferente que sorprendió a los científicos. «Era imposible predecir que iba a suceder de esta forma», reconoce Expósito. Lo que ocurrió es que primero azotó la tierra un terremoto premonitorio
-que nadie se lleve a engaño por su nombre, solo se sabe que lo es
después de que le suceda otro mayor-, el de magnitud 4,5 que se produjo
pasados unos minutos de las cinco de la tarde. Después se repitieron una
serie de réplicas más pequeñas y, casi dos horas más tarde, a las
18.47, inesperadamente, llegó el mayor azote, de 5,1.
«Ha
sido sorprendente, nos ha resultado algo extraño», insiste Expósito.
«Era imposible prever que iba a haber otro más grande, ninguna ley
científica lo dice y no es lo habitual, no hay manera de saberlo. Hasta
que se produjo el mayor, en la Red pensábamos que estábamos registrando las réplicas del primer terremoto».
Sin embargo, Juan Rueda, jefe del Servicio de Detección Sísmica del
Instituto Geográfico Nacional, asegura que los seísmos premonitorios sí
son más habituales. Han ocurrido en otras ocasiones en España, «por
ejemplo, los de Lugo de 1997 se produjeron así, al principal de 5,2 le
precedió otro menor», recuerda.
Un epicentro muy cercano
El
terremoto premonitorio puede ocurrir en cualquier zona sísmica, sin que
ninguna regla científica indique dónde o cuándo, ni cuánto tiempo puede
pasar entre un temblor y otro, aunque, por supuesto, sí tiene que ver
con las presiones que sufran las fallas. «El sureste de España es una zona muy propensa a los terremotos -explica
el sismólogo-, está muy cerca de los bordes de las placas euroasiática y
africana, que van desde la dorsal atlántica hasta la isla de Alborán,
por todo el norte de África, y esas placas están en movimiento chocan».
Las fallas que hay alrededor se rompen y se libera una energía que
provoca el terremoto.
Un terremoto de esta magnitud no es habitual en España, y mucho menos que provoque el derribo de un edificio -desde el Colegio de Geólogos se indicó ayer que es probable que existan «daños previos»-, pero hay que tener en cuenta que el epicentro «se produjo muy cerca, solo a cinco kilómetros de Lorca,
una ciudad de 90.000 habitantes; si hubiera pasado a 40 kilómetros en
una zona más despoblada, con casas más bajas, no hubiera causado esos
daños».
Atentos a las réplicas
Los
murcianos viven ahora con el alma en vilo por el temor a que se
produzcan nuevas réplicas. Incluso muchos han dormido fuera de sus
casas. La mala noticia para los afectados es que, de momento, continúa
la incertidumbre. «No sabemos si puede ocurrir otro terremoto. Esperamos
que la sismicidad vaya a menos, pero estamos atentos a las réplicas
-durante la noche y por la mañana llevamos unas 40 ó 50 de escasa magnitud-. Si ahora se produce uno, aunque no llegue a magnitud cinco, si está próximo a la zona urbana, también puede causar daños en los edificios que
ya hayan sufrido roturas antes», advierte Expósito. «La gente tiene que
tener prudencia y atender a lo que digan las autoridades». De la misma
forma, Rueda señala que es imposible predecir si otro movimiento
telúrico sacudirá Murcia en unos días o una semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario