Si tiene ganas de madrugar, o no lo que queda más remedio, quizás tenga tiempo para contemplar el eclipse total lunar que
se producirá a primera hora de la mañana del martes, justo antes del
amanecer. La sombra de la Tierra engullirá la Luna llena por completo,
dándole un espeluznante color rojo anaranjado, -más
o menos fuerte según el rincón del mundo desde donde se observe - de
6.29 a 12.04 (hora peninsular). Como es lógico, en España el fenómeno
sólo podrá verse en parte, ya que la salida del Sol nos estropeará el
espectáculo, y no tendrá ese llamativo color rojo. El tiempo tampoco acompañará. De Madrid hacia el Este se perderán la fase de totalidad, pero los gallegos y, sobre todo, los canarios, sí que disfrutarán de la desaparición por completo de nuestro satélite. El momento cumbre, cuando la Tierra engulla la Luna como en un truco de magia, sucederá sobre las 8.40.
Norteamérica será la gran
privilegiada. Los observadores en Europa, Oeste de África y Sudamérica
llegarán a ver sólo una parte del eclipse antes de que éste sea
interrumpido por el amanecer del día 21. En el Este de Asia, Australia y
Nueva Zelanda, el eclipse ya estará en marcha durante la puesta de Sol y
la salida de la Luna del mismo día 21.
Un eclipse lunar tiene cinco etapas,
aunque en España nos perderemos, según donde nos encontremos, las dos o
tres últimas. Empieza cuando la Luna entra en la penumbra, o pálida
franja exterior, de la sombra de la Tierra. Esto no se puede ver, ya que
es un fenómeno muy leve. Solo cuando el filo de la Luna está a mitad de
camino en la penumbra, lo que sucede se hace perceptible a la vista. El
segundo estado, o eclipse parcial, comienza cuando el borde de la Luna
alcanza la sombra interior de la Tierra, y es la fase mas inquietante.
«Podemos ver la curvatura que hace la sombra, que responde al tamaño de
la Tierra. Los griegos descubrieron de esta forma que nuestro mundo era
redondo», explica Javier Armentia, director del planetario de Pamplona.
«Una noche dentro de la noche»
A medida que la Luna se desliza más
en la sombra, la noche se vuelve aun mas profunda, como «una noche
dentro de la noche», explica Alan Mac Robert, editor de la revista
especializada Sky and Telescope.
Si el observador está lejos de las luces de las ciudades, cientos de
estrellas comienzan a aparecer. Durante más o menos una hora, solo una
franja brillante de la Luna aparece fuera de la sombra y el resto
muestra una rara luz rojiza.
El tercer estado es el del eclipse
total, que comienza cuando el ultimo «pedazo» visible de nuestro
satélite se desliza en la sombra. Este eclipse sera total durante unos generosos 72 minutos -de nuevo, para quien se encuentre en una zona del mundo con suerte-. La Luna parecerá «una luminosa naranja podrida», compara McRobert.
A medida que la Luna continúe
moviéndose hacia el Este a lo largo de su órbita, el fenómeno se
reproducirá en orden inverso. La fase total terminara cuando el filo
selenita vuelva a emerger a la luz del Sol. Se produce de nuevo un
eclipse parcial -cuarta etapa- y después la oscura sombra prenumbral
-quinta etapa- se desvanece poco a poco. De nuevo, la Luna brilla como
si nada hubiera sucedido.
Una de las características mas
bonitas y llamativas de este eclipse sera el color rojizo que tome la
Luna. Esa luz roja proviene de todos los amaneceres y puestas de Sol alrededor de la Tierra en ese momento. A adquirir este tono también ayudarán «las partículas enviadas a la atmósfera por las ultimas erupciones de volcanes», apunta Armentia.
Este es el primer eclipse total de Luna en casi tres años. El próximo se producirá en junio de 2011. Mucho antes, el 5 de enero, disfrutaremos de un eclipse de Sol parcial.
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