El Sol puede convertirse en una terrible amenaza cuando envía enormes chorros de plasma hacia la Tierra. Una tormenta solar muy potente, que, en el peor de los escenarios, podría acabar con nuestros sistemas energéticos y de comunicaciones, se espera para 2012, según un informe de la NASA. Los astrónomos trabajan para poder predecir esos arrebatos cósmicos con unas seis horas de antelación, pero quizás no sea posible en todos los casos. Una nueva investigación señala que un tercio de las explosiones del astro rey son «ataques furtivos» que pueden ocurrir sin previo aviso. El inquietante estudio aparece publicado en la revista Astrophysical Journal.
«Si los 'hombres del tiempo espacial' se fijan en algunos de los signos tradicionales de peligro, se perderán una importante parte de las erupciones solares», asegura Suli Ma, investigador del Centro Harvard-Smithsoniano para Astrofísica (CfA, por sus siglas en inglés). Para llegar a esta conclusión, Ma y sus colegas analizaron 34 erupciones solares durante ocho meses con la ayuda de las naves espaciales gemelas STEREO (Solar Terrestrial Relations Observatory), lanzadas en 2006 por la NASA y que permiten estudiar el Sol desde dos ángulos diferentes al mismo tiempo. Una de las sondas idénticas está situada delante de la Tierra, y la otra, detrás, lo que proporciona una «visión en estéreo» de nuestra estrella.
Este sistema es perfecto para estudiar las eyecciones de masa coronal, grandes explosiones de mil millones de toneladas de partículas hacia el espacio lanzadas a una velocidad superior a un millón de millas por hora. Cuando las partículas cargadas llegan a la Tierra, interactúan con el campo magnético de nuestro planeta, lo que podría crear una tormenta geomagnética. Este fenómeno puede interferir con las comunicaciones por satélite e interrumpir las redes de energía, o incluso bloquear nuestros satélites en órbita.
Antes de utilizar el sistema STEREO, los científicos pensaban que estas eyecciones iban acompañadas de señales de advertencia como erupciones (pequeñas explosiones acompañadas por la radiación de alta energía), el oscurecimiento de la corona solar o la aparición de filamentos ( largos lazos de plasma que surgen violentamente de la superficie del Sol). De esta forma, creían que al observar estas señales podrían predecir una erupción inminente.
Como predecir un tornado
Sin embargo, no parece tan fácil. La nueva investigación ha descubierto que once de las 34 erupciones solares observadas por las sondas gemelas son «furtivas», es decir, que no pudieron ser identificadas con antelación. Por lo tanto, cualquier sistema diseñado para anticiparse a las tormentas solares podría fallar una de cada tres veces.
«Los meteorólogos pueden advertir de la llegada de un huracán con días de antelación, pero sólo tienen unos minutos para predecir un tornado», explica el astrónomo Leon Golub, del CfA. «En la actualidad, la previsión del clima espacial se parece más a las advertencias de un tornado. Podemos saber que una erupción es inminente, pero no podemos decir exactamente cuándo va a suceder. Y a veces nos cogen por sorpresa».
El equipo trabaja ahora por encontrar nuevas pistas que hayan pasado inadvertidas y que puedan avisarnos de que esta amenaza se nos viene encima. Prepararnos para afrontarla puede ser una cuestión de supervivencia.
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