Nunca llegaron a nacer, les faltó poco, pero han llegado hasta nuestros días como algo extraordinario. Paleontólogos han descubierto los embriones de dinosaurio más antiguos conocidos, unos pequeños nonatos de la familia de los Massospondylus, una especie de prosaurópodo antepasado de los herbívoros gigantes, que estuvieron a punto de ver la luz en el Jurásico, hace 190 millones de años. Los frágiles embriones fueron descubiertos dentro de su huevo, muy bien conservado, por investigadores que clasificaban fósiles africanos en la Universidad de Toronto Mississauga en Canadá. La investigación aparece publicada en la revista Journal of Vertebrate Paleontology.
El profesor Robert Reisz y sus colegas analizaban huevos fosilizados de dinosaurio provenientes del sur de África cuando se llevaron una gran sorpresa. Dentro de varios de ellos, se encontraban los embriones de Massospondylus. Los científicos creen que estos embriones estaban a punto de eclosionar, por el estado de osificación de sus esqueletos. El aspecto de estos embriones es muy diferente del de los adultos de la misma especie. Tienen grandes cabezas desproporcionadas, cuatro patas y largas extremidades anteriores, y miden unos 20 centímetros de longitud. Los adultos, por el contrario, tienen cabezas relativamente pequeñas y cuellos largos, y es más probable que caminaran solo sobre dos patas.
Este extraño aspecto sugiere que cuando los dinosaurios maduraban, su cuello y sus extremidades traseras crecían mucho más rápido que su cabeza y sus patas delanteras. Debido a su fragilidad y a que aún no les han salido los dientes, los investigadores creen que las crías de dinosaurio necesitaban cuidados maternos durante algún tiempo. Si esto es así, los fósiles también suponen el registro más antiguo de cuidados parentales
me ayudaste mucho.
ResponderEliminargracias.