Un estudio con ratones sugiere que la exposición a largo plazo a la contaminación del aire puede ocasionarcambios físicos en el cerebro, así como problemas de aprendizaje, de memoria e incluso, depresión.
Mientras
otros estudios han demostrado los efectos dañinos de la contaminación
del aire en el corazón y los pulmones, éste es uno de los primeros
estudios a largo plazo que muestra el impacto negativo en el cerebro,
dice Laura Froken, investigadora principal del proyecto y estudiante de
doctorado en neurociencia en la Universidad Estatal de Ohio.
"Los
resultados sugieren que una exposición prolongada al aire contaminado
puede tener efectos negativos visibles en el cerebro, lo cual podría
ocasionar varios problemas de salud" apunta Fonken.
"Esto podría tener implicaciones importantes y problemáticas para aquellas personas que viven y trabajan en áreas urbanas contaminadas". El estudio aparece en línea esta semana en la revista 'Molecular Psychiatry'.
Para
este estudio, Fonken y sus colaboradores del departamento de
neurociencia de la Universidad Estatal de Ohio trabajaron con
investigadores de la universidad del Davis Heart e Institudo de
Investigación del Pulmón.
En
estudios previos con ratones, el grupo de investigación Davis-entre los
que se encuentran Qinghua Sun, profesor asociado de ciencias
medioambientales de la salud y Sanjay Rajagopalan, profesor de medicina
cardiovascular- observó que el material particulado del aire causa inflamación generalizada en el cuerpoy se lo relaciona con hipertensión, diabetes y obesidad.
Este nuevo estudio pretendía aplicar los resultados al efecto de la contaminación del aire en el cerebro. "Cuanto más sabemos sobre los efectos en la salud de una prolongada exposición al aire contaminado, más razones tenemos para preocuparnos
--dice Randy Nelson, coautor del estudio y profesor de neurociencia y
psicología en la universidad estatal de Ohio--. Este estudio añade
evidencia de los efectos negativos del aire contaminado en la salud".
En
el nuevo estudio, los ratones estuvieron expuestos, unos a aire
filtrado, otros a aire contaminado, durante seis horas diarias, cinco
días a la semana, durante diez meses - casi la mitad del período de vida
del ratón.
Pequeñas partículas incrustadas
El
aire contaminado contenía materia particulada, el tipo de polución
causada por los coches, fábricas y polvo natural. Las finas partículas
son diminutas, sobre los 2.5 micrómetros de diámetro o una trigésima
parte del grosor común de un pelo humano.
Estas partículas pueden alcanzar áreas profundas de los pulmones y
otros órganos del cuerpo.La concentración de materia particulada a la
que fueron expuestos los ratones es la equivalente a la que está
expuesto un ser humano en algunas áreas urbanas contaminadas, según los
investigadores.
Tras
diez meses de exposición al aire contaminado o al filtrado, los
investigadores llevaron a cabo una variedad de pruebas conductuales con
los animales.
Para
estudiar el aprendizaje y realizar pruebas de memoria, colocaron a los
ratones en el centro de una pista iluminada y se les dio dos minutos
para intentar escapar a través de un agujero que llevaba a una caja
oscura en la que se sentirían más cómodos. Tras cinco días de
entrenamiento para localizar el agujero de escape,los ratones que respiraron el aire contaminado tuvieron más dificultad para aprender dónde se encontraba el agujero.
Comportamientos depresivos
A
los ratones expuestos al aire contaminado también les costaba más
recordar dónde estaba el agujero cuando se les ponía a prueba
posteriormente. En otro experimento, los ratones expuestos al aire
contaminado mostraron más comportamientos depresivos que los ratones que respiraron aire filtrado.
Los ratones del aire contaminado mostraron signos de niveles de ansiedad conductuales más altos en una de las pruebas, pero no en otra de ellas.
¿Pero
cómo afecta el aire contaminado a estos cambios en el aprendizaje, la
memoria y el estado de ánimo? Los investigadores realizaron pruebas en
el área del hipocampo del cerebro de los ratones para buscar respuestas.
"Queríamos analizar cuidadosamente el hipocampo porque esta área está
asociada al aprendizaje, la memoria y la depresión", dice Foken, que
junto a Nelson, es también miembro del Instituto de Investigación de
Medicina del Comportamiento de la Universidad Estatal de Ohio.
Los
resultados mostraron diferencias físicas claras entre el hipocampo de
los ratones que fueron expuestos al aire contaminado y el de los que no
lo fueron.
Disminución del aprendizaje y la memoria
Los
investigadores buscaron específicamente las ramificaciones que crecen
desde las células nerviosas (o neuronas) llamadas dendritas. Las
dendritas poseen pequeños salientes llamados espinas dendríticas que
transmiten señales de una neurona a otra.
Los ratones expuestos al aire contaminado tenían menos espinas dendríticas
en algunas partes del hipocampo, dendritas más cortas y una complejidad
celular general reducida. "Estudios previos han mostrado que este tipo
de cambios está relacionado con una disminución del aprendizaje y la
memoria" dice Nelson.
Inflamación corporal
En
otros estudios, varios de los coautores de esta investigación del
centro de investigación Davis encontraron que la exposición crónica al
aire contaminado ocasiona inflamación corporal generalizada, relacionada con varios problemas de salud en humanos, incluída la depresión.
Este
nuevo estudio demostró que esta inflamación de baja intensidad es
evidente en el hipocampo. En los ratones que respiraron el aire
contaminado, los transmisores químicos que causan inflamación -llamados
cytokines inflamatorios - se mostraban más activos en el hipocampo de
estos que en el de los que respiraron aire filtrado.
"El hipocampo es particularmente sensible a los daños causados por la inflamación" dice Fonken. "Sospechamos que la inflamación sistémica causada por respirar aire contaminado se extiende al sistema nervioso central".
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