Tecnología en el fútbol: FIFA quiere goles verdaderos para el 2014

• El fútbol, como la mayoría de los deportes de alta trascendencia, no finaliza sus contiendas luego de los 90 minutos, ya que desde una jugada de antología o un fallo arbitral se pueden generar amplios debates que incluyen hasta exposiciones pasionales y fuertemente argumentadas sobre diferentes filosofías del juego. Acontecimientos como La Mano de Dios en el mundial del 86 con Maradona como protagonista, el gol fantasma de Hurst en Inglaterra 66 o los tantos errores que se dieron en la última copa del mundo y que costaron la clasificación de varios equipos (más la reciente contienda Mourinho v.s. The World con respecto al tema arbitral), tienen pensando constantemente a la FIFA sobre cuál es el papel que deberá tomar ante la inclusión o no de tecnología en los partidos internacionales en los próximos años, y parece que el punto de inflexión podría ser el mundial del 2014 en Brasil.
  

  
  Golazo de Lampard no cobrado en el Mundial del 2010.
  

  La FIFA ha sido históricamente poco afín a la inclusión de tecnología en el campo de juego, pues siempre ha hablado sobre que la naturalidad del juego se perdería invocando repeticiones instantáneas para la terna arbitral, dispositivos rastreadores en balones o cualquier elemento que pudiera afectar directamente el devenir de una jugada ya realizada. Sin embargo, parece que lo sucedido en el último mundial les ha hecho reflexionar al menos con respecto a la inclusión de tecnología para detectar goles, una de las más demandadas en los foros de discusión por quienes están a favor de modernizar ciertos aspectos del deporte. En este sentido es que FIFA llamó a las compañías especializadas a presentar proyectos de tecnología para detectar goles, de la forma que sea, para antes del 12 de Julio del 2012. Fecha que estiman que marca las posibilidades de adopción y pruebas necesarias para su aplicación en el 2014.
  

  Así es fácil, pero en movimiento, en otro ángulo y a 15 o más metros de distancia es un escenario complejo para el ojo humano.

  Las pruebas que se realizarán a los proyectos tienen requisitos altos, y se dividirán en tres fases en las que se evaluará el rango de detección de goles, ya que este tiene que ser del 90 al 100% para poder ser tenido en cuenta. Las evaluaciones ponen en su fórmula parámetros de velocidad lenta o rápida, grados de impacto y ángulo, pruebas con paredes móviles para ir entendiendo con qué grado tiene que traspasarse la línea para que sea gol (por reglamento, tiene que pasar todo el balón) ya que esto es lo más determinante de los errores tanto actuales como los que decidieron suertes desde el primer mundial oficial en Uruguay 1930. En otras pruebas, cuyo primer llamado ya se desarrolló a principios de este años, los sistemas presentados no lograron ser aprobados por la FIFA, ya que en su mayoría no cumplieron con el requisito de que el sistema tecnológico avisara al árbitro a través de su reloj sobre la validez o no del gol en menos de un segundo.
  

  
  Sobre estos errores los árbitros no tienen culpa, claro.
  

  Opinión
  El debate se abre de nuevo, y es que la predisposición de FIFA a cambiar la suerte del papel de la tecnología empieza a tomar cierta correlación con otros aspectos contemporáneos, como los tratamientos médicos, el calzado, la vestimenta, los balones con mejor aerodinámica, las repeticiones en cámara lenta en alta definición en algunos estadios y mucho más a lo que sería un poco necio no llamar tecnología dentro del fútbol. No hay dudas de que por estos últimos tiempos la discusión adeudada en el fútbol internacional es la utilización o no de asistentes tecnológicos que ayuden a que los partidos estén libres de la interpretación de los árbitros, de los errores humanos y de muchos otros condicionantes que son parte de la naturalidad del juego que a tantos gusta y a los que este redactor se suscribe. Pero hoy en día hay que comprender que hay mucho en juego en cada contienda futbolística, y cuando un error humano modifica la suerte de un equipo, no sólo se ataca involuntariamente a la justicia pasajera del propio juego, sino también a todo el trabajo que un conjunto realiza durante su entrenamiento para ponerse a tono y dejar todo en la cancha. En otra postura están quienes dicen que las posibilidades de que sucedan estos errores son iguales para ambos equipos, pero más allá de ciertos condicionantes que modifican ese supuesto equilibrio, ¿no sería mejor que los dos disfruten igualmente de gritar los goles cuando de verdad lo son? ¿Tú qué opinas?
  

  Fuente:  Wired