El éxito de los primeros microordenadores populares, como los de Apple o Sinclair,
no pasó desapercibido en las grandes empresas. A pesar de que algunos
ordenadores de la época habían sido desarrollados por empresas que
existían desde hace años, como Commodore, otros de los
que se vendieron millones habían sido fabricados por empresarios
visionarios que apostaron al mercado de la informática. En 1981 o 1982
cualquier analista con un poco de imaginación podía darse cuenta que esa
sería la década del ordenador personal. Al fin y al cabo, hasta la gigantesca IBM, poderosa constructora de superordenadores había decidido participar de esta fiesta y lanzado su “IBM PC”, cacharro que se convertiría en el primer eslabón de la plataforma informática más popular de la historia.
En este contexto, decenas de empresas dedicadas al desarrollo y
comercialización de productos electrónicos, generalmente relacionados
con el audio y el vídeo, intentaron obtener una porción de esta nueva y
enorme torta. Una de ellas fue la británica Amstrad Consumer Plc, una empresa fundada en 1968 por Alan Michael Sugar,
especialistas en la producción y venta de equipos de Hi-Fi y televisión
de bajo costo. Uno de los secretos del éxito de Sugar -que sería el CEO
de la empresa durante más de 40 años- era que conseguía sus bajos
precios fabricando las carcasas de sus aparatos a partir de plástico inyectado,
un sistema mucho más barato que los procesos mediante formación de
vacío que usaba la competencia. En 1983, y a pesar de que Amstrad no
tenia ni los conocimientos ni los medios para fabricar un ordenador
personal, Alan Sugar decidió que era el momento adecuado para
incursionar en ese mercado. Así fue como contrató un grupo de ingenieros
para el desarrollo y construcción del prototipo de su primer ordenador
personal.
Amstrad CPC 464 (1984)
El ordenador que le presentaron a Sugar estaba desarrollado alrededor de un microprocesador MOS6502, el mismo que equipaba a muchos modelos de Apple y al Commodore VIC 20. Pero a diferencia de estos, el primer Amstrad era absolutamente incomercializable.
Solo podía mostrar imágenes en blanco y negro, era lento y su memoria
estaba tan mal mapeada que era casi imposible programar algo
medianamente útil en él. Quizás hubiese estado bien 3 o 4 años antes,
pero en ese momento el público reclamaba sonidos, gráficos y colores.
Cuanto más, mejor. En agosto de 1983 Sugar contrató a un nuevo
desarrollador, Roland Perry, y lo puso a la cabeza del
proyecto. La misión de Perry era modificar el diseño original y
convertirlo en algo que se pudiese vender, lo más pronto posible. Perry
comenzó a buscar una empresa que se encargase de escribir el software
que iría en la ROM del nuevo prototipo -lo que suele denominarse firmware- y un lenguaje de programación.
Luego de recibir algunos portazos en la cara, llegó a la ciudad de Dorking, donde tenia su sede Locomotive Software,
una empresa especializada que se interesó por el proyecto. Luego de
analizar la propuesta, Locomotive aceptó participar en el desarrollo,
pero con una condición: el ordenador debía utilizar un microprocesador Z80, completamente diferente al MOS6502.
Esta exigencia se debía a que Locomotive ya tenia escrito un intérprete
de lenguaje BASIC para ese micro, y ganarían algunos meses de tiempo su
lo utilizaban. Perry aceptó, y contrataron los servicios de MEJ Electronics
para realizar todos los cambios que fuesen necesarios en el hardware
del prototipo. A fines de septiembre las nuevas ROMs estaban listas, y
el diseño casi terminado.
Ghosts N Goblins en el Amstrad CPC 464
Comparado con el original, el remozado prototipo -que el mundo conocería como Amstrad CPC464- era una maravilla. Su corazón era un microprocesador Zilog Z80A corriendo a 4 MHz, pero su rendimiento efectivo era equivalente al de un Z80 a 3,3 MHz debido a ciertos “trucos”
que se habían utilizado para poder compartir la memoria RAM principal
con la de vídeo, hecho que penalizaba su rendimiento. Disponía de 64 KB de RAM y 32KB de ROM,
en los que se alojaba el BASIC de Locomotive. Su teclado, quizás una de
las características más distintivas a primera vista, era un multicolor
grupo de 70 teclas que incluía un teclado numérico y la posibilidad de
elegir entre la distribución QWERTY, AZERTY y QWERTZ.
Al igual que los teclados modernos, tenia también un grupo de teclas
para mover el cursor. Generaba sonidos a través de un chip General Instrument AY-3-8912, de 3 canales de sonido y un canal de ruido blanco.
Amstrad, obviamente, también proporcionaría monitores para su
equipo. Diseñados especialmente y disponibles en color o de fósforo
verde, los monitores Amstrad incluían en su interior la fuente de
alimentación del ordenador, algo que permitía ahorrar algo de espacio en
la mesa de trabajo (y vender un monitor de la empresa con cada ordenador). El ordenador generaba vídeo mediante un chip llamado Amstrad Gate-Array 40010 y un popular controlador de gráficos 6845CRTC.
Era capaz de desplegar 3 modos de texto (20x25, 40x25 y 80x25
caracteres) y 3 modos gráficos (Modo 0 de 160x200 píxeles en 16 colores,
Modo 1 de 320x200 en 4 colores y Modo 2 de 640x200 en 2 colores). Se
incluyó la unidad de casete en la misma carcasa del ordenador, a la
derecha del teclado. Era capaz de manejar datos a dos velocidades, una
de 1000 y otra de 2000 baudios.
El ordenador fue presentado a principios de 1984 y se convirtió en un
éxito comercial. Sus posibilidades de expansión seguramente ayudaron
-era posible utilizar unidades de discos de tres pulgadas, monitores
RGB, impresoras, joysticks, etcétera- pero muchos atribuyen su buena
aceptación a que el CPC464 combinaba la versatilidad y calidad
constructiva de los productos de Commodore con el bajo costo y la
facilidad de uso de los Sinclair. Como sea, el CPC464 se vendía como pan
caliente, y junto a sus hermanos mayores (el CPC664, CPC6128,
etcétera) consiguieron que las cosas fuesen tan bien para Amstrad que
el 7 de abril de 1986 Alan Sugar se diese el gusto de anunciar al mundo
que había comprado a su principal competidor: Sinclair Research.
Amstrad CPC464, en
Wikipedia
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