Super Meat Boy no es para personas normales. Para nada.
Es más para jugadores que aman los desafíos a base de habilidad. Que
les gusta ensuciarse las manos y no les molesta perder una y otra vez
con tal de adaptarse a la situación y salir triunfante. Super Meat Boy
es un juego para locos. Es probablemente uno de los mejores y más
difíciles juegos de plataforma
que existen y sus controles son los más pulidos que hemos visto, porque
una vez que lo dominas, puedes manejarte a una velocidad que asustaría a
tu propia madre.
Es muy difícil que no hayas escuchado hablar de Super Meat Boy,
el muy difícil pero brillante juego de plataformas que surgió de un
juego de flash conocido solo como Meat Boy. El año pasado, los
desarrolladores tuvieron la oportunidad de transformar esa fantástica
idea pero pobre ejecución en un título de Xbox Live Arcade y no la
desaprovecharon, porque crearon uno de los mejores y más difíciles
juegos de plataforma de la historia.
Aunque no lo parezca, Meat Boy es un niño sin piel y lo único que quiere, es estar con su amada Bandage Girl. Pero su amor le produce celos a Dr. Fetus (un feto dentro de un traje robótico) y hace su misión separarlos. Es así como Meat Boy debe seguirlos nivel tras nivel, intentando recuperar a su amor. Y no será una misión simple, porque tendrá que pasar cientos de niveles, muriendo una y otra vez, pero todo está tratado con tal dinamismo que no importa perder una y otra vez, porque en cada intento perfeccionarás tu técnica y eventualmente saldrás triunfador. Aún cuando parece imposible –una impresión constante en este título–.
Como
el hombrecito sin piel puedes correr muy rápido y saltar, pero también
puedes presionar un botón para correr aún más rápido, lo que cambia
considerablemente la velocidad que viajas a través del aire también.
Este botón es importante porque Super Meat Boy es sobre mucha precisión a
grandes velocidades y es posible cambiar la trayectoria mientras estás
en el aire, soltando el botón de sprint para hacer el ángulo de tu salto
más amplio o más cerrado.Aunque no lo parezca, Meat Boy es un niño sin piel y lo único que quiere, es estar con su amada Bandage Girl. Pero su amor le produce celos a Dr. Fetus (un feto dentro de un traje robótico) y hace su misión separarlos. Es así como Meat Boy debe seguirlos nivel tras nivel, intentando recuperar a su amor. Y no será una misión simple, porque tendrá que pasar cientos de niveles, muriendo una y otra vez, pero todo está tratado con tal dinamismo que no importa perder una y otra vez, porque en cada intento perfeccionarás tu técnica y eventualmente saldrás triunfador. Aún cuando parece imposible –una impresión constante en este título–.
Pero lo grandioso de Super Meat Boy no solo está en lo afinado y pulido de los controles, probablemente los mejores en la historia de los juegos de plataforma, sino también en el diseño de los niveles que hacen todo lo posible por destruir tu autoestima. Como puedes pasar de un nivel a otro sin interrupciones, todo el primer mundo es una verdadera brisa. Porque son muy simples y te ayudan a comprender cómo funcionan. Pero después de ese mundo estarás pidiendo perdón por cosas que ni hiciste, con tal de que la dificultad baje solo un poquito. La prueba y error es obligatoria, pero más de una vez puedes pasar un nivel sin perder una vez y es algo verdaderamente gratificante.
Y
la cantidad de contenido es bastante grande, lo que hace valer su
precio de admisión. No solo hay una enorme cantidad de niveles, entre
los ocho mundos que ofrece, con veinte niveles cada uno y un jefe final
en cada uno. Además, cada uno de estos tiene una versión oscura, que es
muy similar, pero al revés y con ciertos cambios. Y como si esto no
fuese suficiente, incluye once personajes diferentes que pueden ser
desbloqueados con el progreso y recogiendo curitas (tiritas) a lo largo
de los niveles.
Y estos personajes son también de otros productos independientes, como Tim de Braid
y Commander Video de Bit.Trip, entre varios. Lo interesante es que son
completamente diferentes, pero igual pueden superar los niveles, de
modo que puedes pasarte horas resolviendo los mismos niveles con
diferentes personajes. Ah, y tampoco mencionamos los warp zones, que te
permiten desbloquear algunos de los personajes y son un conjunto de
niveles con algún arte similar a algunas consolas viejas de juego, como
Game Boy o Atari. Sí, la cantidad de contenido es ridícula.
Podríamos decir que Super Meat Boy es el mejor juego de plataformas de
la historia, pero eso sería faltarle al respecto a miles de juegos que
si no hubieran existido, no habría Meat Boy. Entonces decimos que es el
perfeccionamiento del género, porque a la vez, si Super Meat Boy hubiese
salido en la época del tercer Mario, por ejemplo –completamente
imposible, lo sé–, nadie lo hubiese entendido o podido jugar, porque es
demasiado rápido. Requiere de una generación que creció con ese tipo de
juegos para llegar a dominar el caos que Super Meat Boy genera en
pantalla. Por todas estas razones nos alegra que esté en PC, a través de
Steam y Xbox 360, y que también vaya a salir para Linux y Mac. Solo lamentamos que su salida en Wii se haya visto frustrada.
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