Un grupo de arqueólogos ha descubierto en el yacimiento de la cueva de Qesem,
cerca de Rosh Ha'ayin, a las afueras de Tel Aviv (Israel) una pequeña
pieza dental que puede cambiar lo que hasta ahora sabíamos de la
evolución humana. Los restos, entre los que se encuentra este diente
molar, tienen 400.000 años y podrían pertenecer al primer homo sapiens,
el primer hombre moderno del que se tiene conocimiento, ya que los
restos humanos más antiguos encontrados hasta la fecha suman apenas la
mitad de años. De confirmarse, el hallazgo alteraría por completo las teorías tradicionales sobre el origen de los seres humanos,
que sitúan nuestra cuna común en África. Ahora, los científicos tienen
un largo trabajo por delante para demostrar la importancia del
descubimiento.
«Es muy emocionante llegar a esta conclusión», reconoce
el arqueólogo Avi Gopher, cuyo equipo examinó los dientes encontrados en
la cueva de Qesem con rayos X y tomografías computerizadas. El
científico ha hecho hincapié en la necesidad de seguir investigando para
consolidar su teoría. Si lo consigue, «esto cambia todo el panorama de
la evolución», subraya.
Originarios de Asia
La teoría científica aceptada hasta la fecha es que el
Homo Sapiens es originario de África, de donde emigró. Sin embargo, si
los restos ahora encontrados en Israel se vinculan definitivamente al
hombre moderno, podría significar que la tierra original del ser humano actual se encuentra en Asia.
Para Paul Mellars, experto en prehistoria de la
Universidad de Cambridge, el estudio es de confianza y el hallazgo,
«importante», ya que los restos de ese período de tiempo son escasos,
pero aún es prematuro decir que los restos pertenecen a un humano, a una
persona igual que nosotros. «Es una posibilidad muy tenue y ,
francamente, más bien remota», apunta. A su juicio, los restos pueden
estar relacionados con otros parientes del hombre moderno, como los neandertales.
Los dientes son a menudo indicadores poco fiables de origen, así que el
hallazgo de restos de algún cráneo facilitaría la identificación de la
especie. Los arqueólogos israelíes esperan dar con ellos a medida que
continúen las excavaciones.
La investigación aparece publicada en la revista American Journal of Physical Anthropology.
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