En el fútbol donde una fracción de segundo puede significar la diferencia entre la victoria y el fracaso y el rendimiento físico puede cambiar todo, esto se aplica más que nunca: para jugar bien hay que comer bien.
Los expertos lo saben: el combustible que alimenta a los músculos proviene de los alimentos. Por eso, la ciencia de la nutrición deportiva ha avanzado tanto en los últimos años.
Y hoy, la dieta de los futbolistas -principalmente los que participan en un Mundial- conlleva tanto planeamiento y detalle como el entrenamiento mismo.
"La evidencia científica es clara", le dice a BBC Mundo el doctor Jorge Cancino López, director del Instituto del Deporte de la Universidad de las Américas.
"Un deportista que inicie su práctica deportiva con menores niveles de hidratos de carbono acumulados en su musculatura se va a fatigar antes".
Esto, afirma el experto, no quiere decir que el futbolista no pueda terminar los 90 minutos de juego, pero probablemente va a tener una velocidad de juego menor.
Por eso, la nutrición deportiva es enfática: hay que cuidar el aporte de hidratos de carbono porque son un combustible esencial que muchas veces marcará la diferencia en las velocidades de juego.
Necesidades distintas
Tal como le explicó a BBC Mundo Walter Dzurovcin, experto en nutrición deportiva de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, aunque todos los jugadores necesitan estar conscientes de sus objetivos nutricionales personales y de la forma de alcanzar esos objetivos, cada jugador es diferente.
"En función de la posición del jugador dentro del campo de juego, el desgaste energético de cada jugador es distinto", afirma.
La evidencia científica es clara. Un deportista que inicie su práctica deportiva con menores niveles de hidratos de carbono acumulados en su musculatura se va a fatigar antes
"Los jugadores que más desgaste tienen suelen ser los que juegan en el medio del campo que son los que más desplazamiento tienen dentro de un partido y que en 90 minutos pueden correr de 8 a 10 kilómetros".
"Estos atletas claramente son los que necesitan el mayor aporte de hidratos de carbono y proteínas para compensar las pérdidas que le genera el desgaste de la actividad", señala el experto.
Esto quiere decir que aunque todos los jugadores pueden comer el mismo tipo de comida, la cantidad que ingieren es distinta. Los más livianos comerán más que los más pesados.
"Los atletas de medio campo deberán consumir por lo menos entre 50 y 60 calorías por kilogramo de peso corporal, mientras que el arquero o los delanteros quizás necesiten menos de 40 o 45 calorías por kilo corporal", dice Walter Dzurovcin.
Lo más seguro es que los futbolistas tengan una alimentación bien fraccionada durante el día, es decir de unas cinco comidas a lo largo del día y todas con un balance de hidratos de carbono y proteínas.
Éstas deben incluir pastas, arroz, cereales, pan, legumbres, jugos de fruta y el complemento de proteínas que incluyen carnes de todo tipo, lácteos, huevos y algún suplemento si se requiere.
Recuperación
Tal como señala el doctor Cancino, cuando hay ritmos de partidos y entrenamientos como los de una Copa Mundial, que se concentran en un tiempo determinado, es muy importante lograr la recuperación de glucógeno muscular, es decir los hidratos de carbono, para que el músculo pueda producir la energía necesaria para el siguiente partido.
"Además -añade el experto-, dependiendo de las condiciones medioambientales, un jugador durante un partido podría perder entre dos y cuatro kilos de peso, equivalentes al líquido corporal, por eso es tan importante la hidratación antes, durante y después del juego".
La bebida deportiva después del partido les ayuda a recuperar no sólo el líquido sino también la energía y minerales perdidos. Y la primera comida después del juego debe ser rica en hidratos de carbono.
Lo cierto, afirman ambos expertos, es que la dieta tiene un impacto directo en el rendimiento y la recuperación de un jugador y una buena dieta les ayudará a mantener un entrenamiento intensivo consistente y a limitar el riesgo de enfermedades o lesiones.
"La nutrición es lo que llamamos el entrenamiento invisible", dice Walter Dzurovcin.
"Un atleta mal nutrido no podrá manifestar su máximo rendimiento. Afortundamente cada vez hay más investigación sobre la nutrición del deportista y ya se ha comprado claramente que un atleta que no cubre con sus requerimientos va a rendir menos en su actividad deportiva".
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